¡Oh Padre de todos! Que pueda yo sentir que aun aquel que me hiere mortalmente, es mi hermano, hecho a tu imagen y viviendo, sólo temporalmente, en la oscuridad. Borra de mi mente el ánimo vengativo de la Ley del Talión.
Que pueda yo compadecerme de todos, incluso de aquellos a quienes la sociedad encarcela para protegerse. Enséñame a desear fervientemente que se rediman y encuentren consuelo en Ti.
Que con mi intolerancia y mis impulsos vengativos, no acrecente yo la ignorancia de los que obran mal. Ilumíname para que pueda yo ayudarlos con mi perdón, con mis oraciones y con mis lágrimas de indulgencia y tierno amor.
- Paramahansa Yogananda -